El
cielo es nuestro primer testigo, el que contiene todas las respuestas de las
inquietantes estrellas y constelaciones, el que nos brinda generosamente la
información que necesitamos para aprender y hacer buen uso de su influencia.
Los
astrólogos, especialistas desde la antigüedad en leer esas estrellas, son los
que en sus manos llevan una ciencia preciosa y sumamente poderosa; útil para
delinear senderos en el destino de aquellos que lo consultan.
¿Pero
todos los astrólogos están capacitados?, ¿Todos saben lo suficiente como para
hablar al consultante sobre su vida? ¿Todos son honestos? ¿No especulan con el
sufrimiento de aquellos que con angustia y desesperación preguntan por sus
vidas? Esta y muchas otras preguntas me dan vuelta en mi cabeza de varios años
ya de astróloga.
Conozco
mucho mi profesión y la amo, conozco muchos astrólogos
que se llevan mi respeto y admiración y conozco a otros que dicen llamarse
astrólogos que prostituyen a la astrología.
Personas
a las que la vida les acercó el material celeste para que pudieran asimilarlo,
aplicarlo y enseñarlo y lo único que hicieron fue comercializarlo, ensuciarlo,
sirviéndose del mismo para aumentar vanidades y soberbias. Personas con una
ambición tan desbordada que no tienen fronteras ni límites en su erróneo
accionar. Pseudos astrólogos que por ganar algún que otro premio, por previos
arreglos o conveniencias entienden que creen tener el derecho a manipular la
astrología convirtiéndola en una mancia prostituta, despojándola de toda la
dignidad que posee por naturaleza.
Personas
sin escrúpulos, mercachifles que se venden por obtener mas votos en cualquier
concurso, confundiendo su negra dignidad con la de la ciencia que generosamente
les mostró la luz.
Esas
personas, esos astrólogos, son los asesinos de la astrología, son los
responsables que con el tiempo a esta ciencia se le pierda el respeto, se la
deseche por no obtener los resultados rápidos y viles que estos criminales
anuncian como grandes profecías. Mentirosos, fabuleros, embusteros, viles
comerciantes, todos ellos están alejando a la astrología de la humanidad, la
están ridiculizando convirtiéndola en una puta cara cuando les conviene y luego
cuando ya no sirve la tiran a un rincón junto a la roña y en la mas profunda oscuridad.
Por
eso mi pedido hacia todos aquellos que deseen una lectura de su carta, antes
deben informarse, asesorarse de quien es el astrólogo que tienen delante. Y
cuantos mas premios o concursos ganados tenga y se
jacte de haberlos obtenido, mas es la desconfianza que tienen que tener. El
verdadero astrólogo es aquel que investiga, trabaja y siempre sigue estudiando,
no aquel que “ya” todo lo sabe.
Como
astróloga tengo la obligación moral de alertar, de lo contrario me convertiría
en una cómplice más de toda esta perversa cadena humana.
El
cielo es nuestro primer testigo y también el último.