Estructura y Transgresión
© Copyright por Claudia Lamata de Gigli
Frecuentemente por lo que leemos, escuchamos, aprendemos o
estudiamos, asociamos al signo de Acuario con ideas de libertad, hermandad, amor
universal etc. Sobre todo por la rebeldía que caracteriza a este signo y por
romper con lo tradicional o socialmente impuesto.
Con estos conceptos definí y clasifiqué al signo por bastante
tiempo hasta que la vida me puso en el camino a varios nativos.
Por supuesto que hay rasgos muy aéreos en todos ellos, a veces me
da la impresión que se desplazan por el aire y no por la tierra. De todos los
signos de aire es el que más fácilmente resuelve un problema, a diferencia de
Géminis que se extravía en las muchas posibilidades que mentalmente se le
presentan y a Libra que con su innata indecisión demora en redondear. En
cambio me deleita presenciar, si lo
hacen en voz alta, la manera en que los nativos de Acuario encuentran
soluciones sin mosquearse, ni alterarse. Con la habilidad propia del aire
separan al tema en cuestión de cualquier elemento emocional o afectivo que
pueda contaminar la solución buscada y con serenidad como si de respirar se
tratara, nace de ellos la resolución.
Puedo decir que esta característica es común a todos, lo que no es
y debo puntualizar que no hablo de la masa acuariana en su totalidad, es un rasgo que nada pero nada se asemeja a
la transgresión. Fue muy grande mi sorpresa cuando después de correr el velo
típico de la libertad, etc., etc., etc., me encontré con un respeto por la
estructura, el orden, el ascenso social y también la diferencia social que nada
tienen que ver con ¡¡¡ACUARIO Y SÍ CON CAPRICORNIO!!!
Entonces me pregunté ¿dónde quedó la libertad, la igualdad, el amor
que no excluye? Pensé que todos los autores se habían equivocado o que mi Mc.
en Acuario se estaba burlando de mi. Ni
una cosa ni la otra, respiré hondo y me acordé del antiguo regente de Acuario, “Saturno el terrible”.
Más allá de la carta natal de cada individuo los rasgos del Sol son
comunes a todos los nativos y muchas veces muy fáciles de detectar ante una
situación límite. En el caso de Acuario podemos obtener dos características
bien marcadas por la influencia de Urano el transgresor y de Saturno el estructurado.
Lo mismo ocurre con el signo de Escorpio y Piscis, no se puede descartar la
influencia de los regentes antiguos ya que es muy fuerte.
El nativo de Acuario es rebelde y transgresor “hasta ahí”; muchas
veces se deja llevar por los vientos huracanados de sus altísimos pensamientos que sostienen altísimos ideales; hasta que el contacto con la realidad los hace bajar y optan por la estructura.
Acuario goza el poder ascender socialmente, de alguna manera
destacarse ¿quizás acuarianamente?, puede ser. Lograr un bienestar económico y
para ello someterse a estructuras bien definidas, es común verlo. Probablemente
cambien de trabajo con frecuencia para buscar una mejoría, pero esto dista
mucho de aquellos principios de absoluta libertad y bien común…
Por su polaridad con Leo, posee protagonismo aunque un poco más
encubierto. Nos encontramos con el ejercicio de un liderazgo donde en el grupo
todos opinamos, conversamos, existe apertura y nuestro líder acuariano está
envuelto en un halo de hermandad. Pero que quede bien claro que el que toma las
desiciones es él y quien conduce al grupo también
es él, ajustándose a
todas las reglamentaciones, disposiciones, ordenanzas, etc.
Acuario necesita a Saturno
para poder mover a Urano. Se repite la mitología, Saturno castra a Urano, lo
hace volver a la realidad y ajustarse a lo que da forma.
Muchos ejemplos de nativos
puedo citar, pero no es la finalidad de este escrito, sí, en cambio invito a
observar al signo para que se pueda comprobar lo dicho más arriba.